viernes, 28 de agosto de 2015

De detectives y policías

¡Buenas a todos! ¿Qué tal va? ¿Aún asfixiados con el calor? Ya le queda poco al verano, luego nos quejaremos de frío, pero por ahora vamos a leer un rato. Hoy me apetece hablaros un poco de las historias de detectives y policías, con sus asesinatos, sus robos y sus acertijos y sus misterios.

De siempre me han gustado los misterios, eso de ponerme a leer e intentar adivinar qué o quién ha provocado lo que está ocurriendo. Y en bastantes ocasiones he adivinado la respuesta antes de leerla. Como cuando leí Ángeles y demonios de Dan Brown. Por si alguien no lo ha leído (o no ha visto la película), no os preocupéis, que no os spoileo nada. Recuerdo que cuando apareció el personaje malo por primera vez me entraron las dudas sobre él, las sospechas de que él era el asesino y no ningún otro. Fue como cuando te presentan a alguien y dices "uy, no acaba de gustarme esta persona" y te pasas todo el día lanzándole miradas esperando que meta la pata para decir "¡lo sabía, tú no eres trigo limpio!" (o cualquier otro comentario, no se me ocurre nada mejor para poner de ejemplo). También recuerdo cuando empezó a leerlo mi madre (después de mí, porque le "robaba" los libros nuevos que me interesaban y le tocaba esperar su turno para leerlos) y me comentó sus sospechas la risita que me dio porque había fallado.

Resolver acertijos, encontrar pistas, observar atentamente todos y cada uno de los gestos de los sospechosos... Cuando un libro me llama hasta el punto de olvidarme incluso de la hora de la comida, lo único que me falta es vestirme de detective, con la pipa y la lupa en el bolsillo de la chaqueta para observarlo todo con máxima precisión. Intentar adelantarme a los acontecimientos, pensar las opciones que se presentan en las encrucijadas en las que se pueden encontrar los personajes en algún punto de la investigación... Es, sin duda, el género con el que mi mente se pone más en movimiento.

El único libro que realmente me ha vencido (por ahora) es Diez negritos de Agatha Christie. Sin lugar a dudas, la obra que más cambios de dirección ha provocado en mis pensamientos. Todos sospechosos, todos muertos. Cada vez que mi mayor sospechoso era asesinado, mi mente le daba al botón de "reset" y vuelta a empezar. Siempre que creía tener claro algo, una única frase destrozaba toda la teoría y me encontraba en el principio.

No sólo con la literatura de este género soy así; muchas veces me adelanto a los acontecimientos en otros géneros y tengo mis sospechas sobre algún perrsonaje, actuando casi como una detective investigando todos y cada uno de sus pasos cuando no son del todo normales. Pero está claro que supone un reto mayor adivinar quién ha cometido un delito, cómo y por qué que descubrir con quién acabará el protagonista de la historia.

Y aquí acaba la página de hoy. Si aún no habéis leído "Diez negritos", hacedlo y ya me comentaréis qué tal. Seguro que a vosotros también os dará vueltas la cabeza cuando lleguéis al final y descubráis el pastel. Yo, mientras, os espero aquí en mi esquinita matando el tiempo con más páginas cargaditas de letras que esperan ser leídas.

¿Cuántos misterios me dejaréis en esta página?

jueves, 20 de agosto de 2015

Novela juvenil

¡Muy buenas otra vez a todos y bienvenidos los que os acabáis de topar conmigo! ¿Qué tal la semana? Aquí me tenéis otra vez con otra de mis paginitas con las que pasar el tiempo un día más. ¿Preparados?

Como creo que ya he mencionado alguna vez, leo prácticamente de todo. No tengo preferencia en los géneros (hace no muchas actualizaciones estuve hablando de Narnia, literatura más bien infantil con la que despejé la mente de la repetición de género). Hoy quiero hablar un poco de la novela juvenil.

No sé si será cosa de mi edad, de que me atraen los resúmenes o las portadas de estos libros, pero está claro que un porcentaje bastante alto de los títulos que tengo (leídos y por leer) pertenecen a este género. Creo que son los libros más "ligeros" que tengo, historias con las que relajarme y dejar volar la imaginación más allá de la realidad.

La gran mayoría de estas historias tiene romanticismo. En sí no me importa, también leo novela romántica/erótica entre libro y libro. Sólo recuerdo que me afectase ese romanticismo con la saga "Inmortales", pero porque Ever amenazaba con provocarme algo grave cada vez que rondaba Damen. Como en la vida real, diría yo: cuando ves a una pareja cogida de la mano que es feliz, sonríes; cuando está todo el día con mimitos e idioteces, acabas hasta las narices del amor y los corazoncitos. Realmente es difícil encontrar una novela juvenil en la que no haya romanticismo súper evidente de los protagonistas.

Otro detalle que me llama también es que un gran número de libros tiene mucha fantasía. Sus personajes son hadas, extraterrestres, vampiros, hombres lobos, fantasmas, ángeles, demonios... O el protagonista es humano y se enamora de esa criatura magnífica y perfecta. Supongo que es inevitable, sentirse atraído por algo así, y más si es bello por dentro y por fuera (aunque hay algunos que por dentro son... da igual, ¡también gustan los malos!)

No puedo quejarme demasiado, la verdad, porque son pocas las novelas juveniles sin ficción que me han gustado (que yo recuerde). También he de decir que no he leído muchas de adolescentes humanos, con vidas normales y corrientes, porque no me han llamado. Quizás porque están cargadas de romanticismo y líos de amores que me cargan. Se salva alguna que me tocó leer por obligación en el instituto (Diario de Paula, de José Ramón Ayllón), pero poco más. Lo admito, soy muy sosa y enseguida se me hace bola en la garganta tanto amor y tanto lío por "¿con qué tío debería ir?" y más preguntas idiotas que te hacen decir "a ver, hija mía, todo el mundo sabe que vas a acabar con él, ¡así que para de dar vueltas como una malita peonza!".

Aunque a veces he de admitir que es un poco frustrante no encontrar algo diferente. Sí, ninguna historia es igual, todas tienen cosas que las diferencian, pero al mismo tiempo son similares y hace que llegue un momento en que necesites cambiar de registro para despejar un poco la mente de tantos seres fantásticos o criaturas mágicas capaces de poner patas arriba tu vida social, amorosa o cualquier otra vida que quieras tener cuando tienes entre dieciséis y veintipocos años.

Quizás por eso mi propia historia, "New Life", es como es. Sin ficción, sin escenas empalagosas, con algo que la hace diferente de las demás. Algo diferente con lo que descansar un poco el chip mental que uso para leer un libro tras otro.

Y llegamos al final de la página. Supongo que para una parte de los que me leéis os será algo complicado comentar porque no leeréis mucha novela juvenil (o sí, quién sabe, a ver cuántas sorpresas me llevo hoy). Para aquellos que sí leéis novela juvenil, ¿qué opináis vosotros?

jueves, 13 de agosto de 2015

Pasito a pasito 2

¡Hey! ¿Qué tal? ¿Me habéis echado de menos? Yo a vosotros sí. Me fui de vacaciones a finales del mes pasado  y me acordé de absolutamente todo para el viaje menos de avisaros que no estaría por aquí... Y como me fui al pueblo, entre la falta de internet y las fiestas no pude hacer absolutamente nada. He de decir que volví el viernes pasado y que podría haber actualizado en todos estos días, pero ya tenía unos planes que quería compartir.

Sí, señoras y señores, en el capítulo de hoy doy un pasito más en este camino llamado "publicación". No es que haya sido una gran aventura como la vez anterior (en el que estuve trabajando más, de un lado para otro buscando información y eso), pero ¡eh! Son avances, eso ya nos vale.

Llevar a imprimir y encuadernar 356 páginas no es ni rápido, ni barato. Y aún menos bultoso si, con el pensamiento de "podría haber confusión al encuadernar si imprimes a dos caras" acabas diciendo que impriman cada página en un folio incluso si te dan las opciones después de pedir "imprimir y encuadernar, por favor" (sí, ayer mientras subía calle arriba con la calda que caía aunque el cielo anunciaba lluvia me di cuenta). Error de primeriza, supongo. Para la próxima, ya no me pasará.
Como ya veis, es un tacote a tener en cuenta (y todo eso tardé dos meses en escribirlo...). Aunque el día que consiga encontrar editorial, la cosa será diferente. Para empezar, eso es tamaño A4, con los márgenes que marca el Word y a una sola cara... Yo los únicos libros que he visto que sean de ese tamaño son los de texto cuando estudiaba, algún cuento infantil de esos con más dibujo que letra cuando era pequeña y ya los atlas (que no cuentan porque han de ser grandes para verlos bien). Incluso los libros de Ken Follett son más pequeños en cuanto a tamaño de folio (de grosor... bueno, mejor no digo nada).

Con ese peso me fui ayer al Registro de la Propiedad Intelectual de Tarragona. Y como pesaba un poco, me moví intentando esquivar todos los semáforos en rojo (por eso y porque hacía calor asfixiante). Cuando entré al edificio, me dieron ganas de quedarme allí el resto de la mañana, porque se estaba de fresquito... Subí al piso que tocaba y saqué al amigo para dejarlo allí. Tuve que rellenar dos formularios, firmar la portada y varias páginas más del interior (curiosamente, no hacía más que abrir por el principio de capítulos), pagar los casi 13€ de tasas y escuchar la "regañina" por no haber traído impresas dos fotocopias de mi DNI (error de novata; al menos, siempre voy con la documentación encima e hicieron allí mismo las fotocopias).

Resultado final de este segundo avance: desde el día de ayer, mi obra está protegida y nadie puede hacerme ninguna mala jugada porque puedo denunciarlo. Tengo una primera hoja en la que consta el registro y ahora sólo me queda (en relación con registrar la historia) esperar cosa de medio año para que me envíen las cosas por correo. El papeleo siempre es lennnnnnnto como un caracol, pero al menos la acción ha sido inmediata.

Y se acabó. Ahora lo que me toca es coger la lista de editoriales que pillé en el anterior "pasito a pasito" y buscar todos los medios para ponerme en contacto y la información de lo que tengo que enviar (porque está claro que no es un "tomad, lo he escrito y quiero publicarlo, a ver qué decís vosotros" y adjuntar el pedazo de tacote).

Vuelta a la rutina, vuelta a las opiniones, vuelta a una nueva página. Espero con ganas que un día de estos os perdáis en una de esas páginas del montón que hay encuadernadas en la foto de allí arriba. ¿Qué me decís? ¿Os apuntáis?